¿Cómo vivir sin jefe?

Me atrevería decir que el segundo desafío que todos los emprendedores afrontamos, justo después de vencer el primero que es “el miedo a emprender”, sería aprender a vivir sin jefe.

“¿Cómo es posible? Si vivir sin jefe es un sueño”. He escuchado esto cientos de veces, sin embargo no es tarea fácil. Durante toda una vida nos han enseñado a seguir órdenes, en la escuela, en la universidad y luego en el trabajo. Estamos acostumbrados a que nos digan que tenemos que hacer, cómo, cuando y hasta donde. Pero cuando somos nuestros propios jefes, la única orden la damos nosotros mismos.

Es justo en este punto en que tienes que enfrentar a la verdadera realidad de tu personalidad. Te das cuenta que no eres tan productivo como quisieras, que no te exiges demasiado, postergas, etc. Cada quien tiene una debilidad, no todos somos iguales y no todos tenemos que superar el mismo desafío de nosotros mismos.

Vivir sin jefe no quiere decir que ya no tendremos responsabilidades, todo lo que contrario, ahora tendremos más responsabilidades que nunca porque somos nosotros los responsables de nuestros resultados. No serás la primera persona ni la última en darse cuenta de lo complicado que es comenzar a tomar las decisiones correctas, disciplinarte con tus propios horarios, exigirte y enfrentar las dificultades.

Por eso, te quiero dar algunos consejos para que puedas vivir sin jefe sin dejar de ser productivo ni, en el caso contrario, exigirte en exceso.

  1. Determina tus prioridades de vida y crea horarios.

Recuerda que tienes familia, amigos, deporte, ocio, entre otras cosas. Tienes que aprender a dar el tiempo correcto a cada uno. Tu trabajo también merece su tiempo, si deseas trabajar solo seis horas al día, estas tienen que ser seis horas altamente productivas, bien planificadas y sin distracción, por ejemplo. Para todo hay un equilibrio, ni te excedas trabajando hasta el punto de perder toda vida social, pero tampoco trabajes tan poco como para avanzar lento en tus proyectos. Al principio siempre hace falta un poco más de esfuerzo. Lo más importante, es que respetes tus horarios.

  1. Toma decisiones que generen resultados.

En un trabajo normal suelen tomar la mayoría de las decisiones por nosotros y nunca las cuestionamos ni analizamos. El truco de tomar decisiones correctas es que éstas nos generen un resultado directo al logro de nuestras metas. Cada acción que tomes es el producto de una decisión. Por ejemplo si tienes que decidir entre llamar 100 potenciales clientes o ir al banco a hacer un depósito ¿cuál es la decisión correcta? Por supuesto que llamar a los 100 clientes primero, el banco puede esperar a más tarde.

Es probable, que si analizas un poco las tareas que has hecho esta semana, quizás la mayoría de estas no te generen resultados. Son tareas que te mantienen ocupado pero no productivo. Cuando planifiques tu agenda semanal, decide hacer las tareas productivas primero y deja de último o delega aquellas que no generen resultados a tu organización. No pierdas tiempo.

  1. Ponte Metas, Evalúa tus Resultados y Exígete

Lo contrario del éxito no es el fracaso, lo contrario del éxito es el conformismo. Cuando no tenemos jefe y llegamos a un punto donde generamos un ingreso prudente y tenemos un tiempo libre holgado, podemos caer en conformismo y no crecemos. Siempre debes estar poniéndote metas cada vez más altas. Evalúa tus resultados diariamente, semanal, mensual, anual, piensa que debes mejorar, qué debes cambiar y qué eliminar en tu rutina de trabajo. Lo más importante es que siempre te exijas a dar un poco más de vos. No te enfoques en el 100%, enfócate en dar un 150% o más.

2018-04-15T13:55:10-06:00

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