Sentirnos desarrollados depende en cada grupo social y época, de muchos factores, pero muy especialmente de nuestras características individuales, como nuestra personalidad, destreza, nuestra biología, así como de las circunstancias ambientales que rodean nuestra vida, incluso hasta en los estudios se ve reflejado nuestro desarrollo personal.

 

Es evidente que cada persona posee una forma única de entender su crecimiento y realización personal. Por ejemplo, algunas personas tienen una necesidad innata de aprender, superarse, mejorar, avanzar. Otras necesitan descubrir, conocer, saber, experimentar. La necesidad de autorrealización puede ser entendida de muchas formas y podemos encontrar grandes diferencias en el grado de importancia que le concede cada individuo.

 

Para realizar bien el estudio, lo mismo que para hacer bien cualquier trabajo hacen falta tres cosas: poder, querer y saber hacer ese trabajo o estudio.

 

El estudio es:

 

  • Un proceso consciente y deliberado. Por lo tanto se requiere tiempo y esfuerzo.

 

  • Es una actividad individual. Nadie presta las alas del entendimiento a otros.

 

  • Estudiar involucra conectarse con un contenido, es decir, implica la adquisición de conceptos, hechos, principios, relaciones, procedimientos, etc.

 

  • Estudiar depende del contexto, lo cual quiere decir que la incidencia o la efectividad de una estrategia o de un proceso difieren en la medida en que existan variaciones en las condiciones de las tareas de aprendizaje. Por ejemplo, no estudiamos de la misma manera para un examen parcial o final que para una prueba escrita o para una presentación oral.

 

La inteligencia de una persona está formada por un conjunto de variables como la atención, la capacidad de observación, la memoria, el aprendizaje, las habilidades sociales, etc., que le permiten enfrentarse al mundo diariamente. Tener la capacidad mental para entender, recordar y emplear de un modo práctico y constructivo, los conocimientos en situaciones nuevas.

 

Antes de empezar a estudiar es necesario analizar la información o tema. Para realizar este análisis, hay que elaborar una lista del tema o los temas a estudiar, que se requiere para el estudio y  determinar nuestras habilidades, conocimientos, actitudes, tomando en cuenta el grado de dificultad que comprenda cada tema. Por último, agrupar esta información en unidades de tareas relacionadas que requieren conocimientos y habilidades similares, y transformar estas unidades en métodos y objetivos de capacitación (didácticos o prácticos), si es necesario.

 

Las técnicas para diseñar un buen método de estudio son las siguientes:

 

  1. Organización del material de trabajo. “Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa”.

 

  1. Distribuir el tiempo de forma flexible, adaptada a cambios y a circunstancias.

 

  1. Tener en cuenta las dificultades concretas de cada materia.

 

  1. Evalúa tu capacidad personal de trabajo.

 

  1. Ser realista y valorar la capacidad de comprensión, memorización.

 

  1. Comenzar por los trabajos más difíciles y dejar los más fáciles para el final.

 

  1. Memorizar datos, entenderlos y fijarlos.

 

 

  1. No estudiar en ambientes que propicien el cansancio y la fatiga.

 

Sugerencias para la administración de tu tiempo:

 

  1. Establecer prioridades que pongan de relieve las tareas más importantes y permitan tomar las decisiones en base a esa importancia.

 

  1. Es posible ganar tiempo haciendo un horario más realista y eliminando las tareas de escasa prioridad.

 

  1. Es posible aprender a tomar decisiones básicas.

 

Antes de pasar a examinar los tres pasos necesarios para la administración efectiva del tiempo será de mucha utilidad revisar nuestra forma habitual de distribuir el tiempo. Una forma sencilla de hacerlo es dividir el día en tres partes:

 

  • Desde que me levanto hasta la hora de almorzar ¿qué hago?

 

  • Desde el final del almuerzo hasta la cena ¿qué hago?

 

  • Desde el final de la cena hasta que voy a dormir ¿qué hago?

 

La ansiedad ante los exámenes consiste en una serie de reacciones emocionales negativas que algunos alumnos sienten ante los exámenes. Esta ansiedad puede ser “anticipatoria” si el sentimiento de malestar se produce a la hora de estudiar o al pensar en qué pasará en el examen, o “situacional” si ésta acontece durante el propio examen.

 

Es posible experimentar un bloqueo mental (o “quedarse en blanco”), lo que se manifiesta en la imposibilidad de recordar las respuestas pese a que éstas se conozcan. Otros síntomas que se pueden experimentar son: alteraciones en el sueño, dolores en el estómago, en la cabeza, sensación de paralización, náuseas, opresión en el pecho, sudoración en las manos , temblores, necesidad de miccionar, y otros más. Asimismo, durante el examen puede tener dificultad a la hora de leer y entender preguntas, organizar pensamientos o recordar palabras o conceptos

 

Sugerencias previas al examen:

 

  1. Preparar adecuadamente las asignaturas antes del examen mediante las técnicas de estudio.

 

  1. Practicar técnicas de relajación.

 

  1. Pensar positivamente.

 

  1. Dormir lo suficiente.

 

  1. Ingerir los alimentos en cantidad necesaria y hora adecuada.

 

  1. Pensar en que el resultado del examen será una recompensa a tu esfuerzo.

 

Por último el Método EPLER

 

Consiste en lo siguiente:

 

  1. Antes de leer el tema que se va a estudiar. Realizar una labor pre-paradora de la mente.

 

  1. Intentar conocer por las primeras impresiones el conjunto de una lectura.

 

  1. Leer primero rápidamente el tema asignado para tener una idea de su conjunto.

 

  1. Leer por segunda vez, lento, y reflexionar.

 

  1. Detenerse en los puntos importantes, acotarlos. Tomar notas sobre ellos, utilizando estas acotaciones para la revisión

 

Después de aplicar estas técnicas, el estudiante está preparado para:

 

  • Respetar y adaptarse a las normas existentes logrando la autodisciplina.

 

  • Aplicar métodos y técnicas de estudio según el requerimiento de sus necesidades.

 

  • Manejar adecuadamente su ansiedad ante los exámenes.

 

  • Identificar los rasgos y características biológicas, psicológicas, sociales y espirituales que determinan su conducta.

 

  • Tomar conciencia de sus cualidades para mantenerlas y sus limitaciones para modificarlas.

 

 

Las capacidades cognitivas solo se aprecian en la acción, es decir primero se procesa información y después se analiza, se argumenta, se comprende y se produce nuevos enfoques. Los cuales se interesan por como la persona organiza, procesa, almacena y recupera las memorias de sus experiencias.

 

Afirmación:

 

“Reconozco en mí, capacidades como el pensamiento, la reflexión y la conciencia de ser humano que me hacen un ser inteligente”.