Diferencia entre una persona motivada y una persona afanada.

¿Motivado o afanado?

En este mundo tan diverso, donde habitan billones de personas, podríamos clasificar a todos en dos grandes grupos: los motivados y los afanados. Hoy vamos a hablar sobre estas dos formas de vivir la vida. Te mostraré cómo cada una afecta el rumbo que tomás y, lo más importante, te ayudaré a identificar si estás en el camino correcto. Porque, al final, tú decidís si querés ser alguien motivado o alguien afanado. Y te aseguro que esa elección lo cambia todo.

Si últimamente sentís que las cosas no te están yendo bien, que no podés avanzar o que la vida se ha vuelto más pesada de lo que debería, puede que hayas caído en la trampa del afán sin darte cuenta. No te preocupés, es más común de lo que parece. Pero lo importante es reconocerlo y, a partir de allí, empezar a hacer cambios.

El afán: el enemigo silencioso

El afán es uno de los peores enemigos de la motivación. Cuando estás afanado, vivís en constante preocupación, corriendo de un lado a otro, intentando solucionar problemas que a veces ni siquiera existen. Es como si cargaras con una mochila llena de piedras que te hace más difícil cada paso. El afán no aparece de la nada, es algo que creamos nosotros mismos. Es mental. No es que anda flotando por ahí, esperando para atacarte; está en tu vida porque lo dejaste entrar. La buena noticia es que también podés echarlo.

Empezá por preguntarte: “¿Cómo no estar afanado con todas las responsabilidades que tengo día a día?” Y aunque la respuesta puede parecer obvia, la realidad es que el afán es opcional. Sí, leíste bien. El afán es una elección. ¿Querés vivir estresado o preferís disfrutar del presente y avanzar con tranquilidad? Porque vivir afanado no te lleva a ningún lado, solo te hunde más.

Verás, a lo largo de tu vida te encontrarás con muchos obstáculos que te harán pensar en rendirte. Pero entregarse al afán es entregarse a una vida sin luz. Como dicen, las estrellas no brillan sin la oscuridad, pero eso no significa que vos tenés que ser esa oscuridad. ¿Vas a dejar que otros brillen mientras vos te quedás en las sombras? ¡Claro que no! No viniste al mundo para sufrir, viniste para disfrutarlo y cumplir tu propósito de vida.

¿Motivado o afanado?

Es hora de decidir. No podés seguir en el medio. Si hoy todo te sale bien, tal vez te sentís motivado. Pero, ¿qué pasa cuando algo sale mal? ¿Te hundís en el afán y en el estrés? Si querés cambiar y prosperar, debés empezar por cambiar tu mentalidad. Nada en la vida cambia por sí solo, sos vos quien provoca ese cambio.

¿Cómo es una persona afanada?

Una persona afanada es alguien que vive en un ciclo tóxico. El afán te convierte en alguien negativo, una persona que busca su felicidad en el fracaso de los demás. Y lo peor es que, muchas veces, ni siquiera te das cuenta de que estás actuando así. Si constantemente te encontrás lleno de odio, amargura y deseando que todos estén igual de mal que vos, entonces es probable que te hayas convertido en una persona tóxica.

Las personas tóxicas son como portadoras de veneno. Llevan esa negatividad en su interior y van envenenando todo a su alrededor, sin importar a quién dañen en el proceso. Son egoístas, no les importa el bienestar de los demás. El afán y el estrés constante también llevan a la depresión. Lo que muchas personas no saben es que problemas como la depresión, la ansiedad, e incluso problemas graves como el suicidio, están profundamente conectados con el afán. Cuando las cosas no salen como esperás, es fácil caer en la trampa de sentir que nada vale la pena. Pero eso no tiene que ser así.

Si te sentís fracasado, tal vez es porque has dejado que el afán controle tu vida. El afán te estanca. Te hace sentir que no sos lo suficientemente bueno, que no podés lograr nada, y eso te impide avanzar. Si todo lo que hacés lo hacés con prisa y mal humor, es probable que nunca alcances el éxito que deseás. Y si te sentís atrapado en esa espiral, recordá que el primer paso es reconocerlo. Solo así podés empezar a cambiar.

La vida de los afanados

Las personas afanadas, con el tiempo, terminan siendo “muertas en vida”. Aunque suene duro, es una realidad. Pierden el sentido de la vida, viven por vivir, sin disfrutar de lo que tienen. No aprecian el presente ni las oportunidades que se les presentan. Solo viven en función de sus problemas y preocupaciones. Muchas veces, estas personas terminan en situaciones extremas, como suicidios o intentos de autoagresión. Si en algún momento has tenido pensamientos suicidas, es fundamental que busqués ayuda. Tu vida tiene un valor inmenso, y siempre hay una solución a los problemas, incluso cuando parece que no la hay.

¿Cómo ser una persona con motivación?

La motivación es el impulso que te lleva hacia una vida de éxito. Lo primero que tenés que hacer para ser una persona motivada es alegrarte. Sí, así de simple. Las personas motivadas encuentran su fuente de felicidad dentro de ellas mismas. No dependen de las circunstancias externas para estar bien. Están contentas porque deciden estarlo. Dejá de perder el tiempo con la tristeza y la preocupación. Si podés estar riéndote, ¿por qué vas a estar llorando?

La ciencia ha demostrado que la risa alarga la vida, mejora la salud y te hace más productivo. Una persona motivada siempre está buscando el lado positivo de las cosas, y eso es algo que podés hacer vos también. No permitás que nada ni nadie destruya tu alegría.

Tené visión y sé emprendedor

Otro aspecto clave de la motivación es tener visión. Si pensás en grande, vas a hacer cosas grandes. No seas conformista, ponete metas, tanto a corto como a largo plazo. Y no importa lo que hagás: estudiá, trabajá, emprendé… Siempre buscá ser el mejor en lo que hacés. Las personas motivadas son exitosas porque creen en ellas mismas y en sus capacidades. Para ser una persona motivada, tenés que tener visión de futuro y estar dispuesto a trabajar por lo que querés.

Es importante que te llenés de metas diarias, semanales y anuales. ¡La motivación está en cada paso que das! Y no te preocupes si los resultados no llegan de inmediato. Las cosas buenas toman tiempo, y cada paso que das te acerca más a tu objetivo final. Las personas motivadas no se rinden, porque saben que el éxito es el resultado de la constancia y el esfuerzo.

Rompe con la corriente y sé diferente

Las personas más exitosas en el mundo no lograron sus metas haciendo lo mismo que todos los demás. Ser diferente es lo que marca la diferencia. Si querés lograr algo grande, no podés seguir el camino que otros ya han recorrido. Tenés que ser original, auténtico y atreverte a romper con los patrones establecidos. La motivación te lleva a innovar, a ser un visionario que busca nuevas formas de hacer las cosas. No te conformés con lo que ya está hecho, creá algo nuevo.

La motivación es tu mejor aliado

Para vivir una vida plena y exitosa, tenés que elegir ser una persona motivada. El afán solo te lleva a la frustración, al estancamiento y, en el peor de los casos, al fracaso. Pero la motivación te impulsa hacia adelante, te llena de energía y te permite ver las oportunidades donde otros solo ven problemas. Si querés cambiar tu vida, el primer paso es cambiar tu mentalidad. Elegí la motivación sobre el afán, y verás cómo todo empieza a mejorar.

Si necesitás una guía para empezar este cambio, conversemos. Estoy aquí para ayudarte a encontrar tu camino y a vivir la vida que merecés. ¡La motivación es el impulso que te llevará a alcanzar todo lo que te propongas!

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