Asistentes Virtuales y Privacidad: ¿Cómo Evitar que Alexa y Google Assistant Escuchen Demasiado?
¡Hola! Seguro ya tenés un asistente virtual en casa, ¿verdad? Si sos como muchos, probablemente tenés un dispositivo con Alexa o Google Assistant en tu sala, cocina o dormitorio. Son increíblemente útiles, claro, pero hay una pregunta que está en la mente de todos: ¿están escuchando más de la cuenta? Hoy vamos a hablar de cómo mantener tu privacidad intacta mientras disfrutás de la comodidad de los asistentes virtuales.
¿Escuchan siempre?
A ver, vamos a ser claros: tanto Alexa como Google Assistant están “siempre escuchando”, pero eso no significa que estén grabando cada palabra que decís. Funcionan de una manera que técnicamente solo prestan atención cuando decís la palabra clave, como “Alexa” o “Ok Google”. El problema es que a veces pueden activarse accidentalmente y, en esos casos, sí graban y almacenan fragmentos de audio.
Esto no es una teoría de conspiración, ¡es un hecho! Pero tranquilo, existen formas de controlar y limitar lo que estos dispositivos pueden hacer con esa información. Así que no se trata de tirar a la basura tu asistente, sino de ser más inteligente a la hora de usarlo.
1. Revisa y borra tus grabaciones regularmente
¿Sabías que podés revisar todas las grabaciones que Alexa o Google Assistant han hecho? Sí, es cierto, y lo mejor es que podés borrarlas. Entrá en la configuración de la app correspondiente (la de Alexa o Google Home) y encontrarás una sección donde están todas las grabaciones de voz. Desde ahí podés eliminar todas o seleccionar las que te incomoden.
De hecho, podés configurar que se borren automáticamente después de un cierto tiempo. Hacer esto reduce el riesgo de que tus conversaciones privadas queden almacenadas indefinidamente.
2. Desactiva el micrófono cuando no lo necesites
Uno de los consejos más simples, pero más efectivos: cuando no estés usando tu asistente virtual, desactiva el micrófono. Tanto Alexa como Google Assistant tienen un botón físico que apaga el micrófono, asegurándote de que no esté escuchando nada en absoluto. Es algo que podés hacer, por ejemplo, cuando tengas reuniones importantes o si simplemente no querés que esté activo todo el tiempo.
3. Controla las habilidades y permisos
Tanto Alexa como Google Assistant tienen “habilidades” o “rutinas” que podés activar para que hagan cosas útiles, como controlar luces o reproducir música. Sin embargo, es importante que revisés qué habilidades o aplicaciones de terceros tienen acceso a tus dispositivos. Algunas apps pueden recolectar más datos de los que pensás. Así que, revisá las configuraciones de privacidad y asegurate de que solo estén activadas las habilidades que realmente necesitás.
4. Usa contraseñas para compras y accesos
Alexa y Google Assistant permiten hacer compras en línea con comandos de voz. Aunque esto es muy conveniente, también puede ser un riesgo si no lo controlás. Imaginá que alguien en tu casa o hasta un visitante hace una compra sin tu permiso. Para evitar sorpresas, configurá contraseñas para cualquier compra que se realice a través de estos dispositivos. Es un pequeño paso, pero te ahorrará más de un dolor de cabeza.
5. Limita la información personal que compartís
No tenés que darle toda tu información a Alexa o Google Assistant para que funcionen. Claro, son más útiles cuando saben tus gustos o rutinas, pero podés limitar lo que compartís. Configurá tu asistente virtual para que acceda solo a lo necesario. Por ejemplo, ¿realmente necesita saber tu ubicación todo el tiempo? ¿O tu historial de compras completo? Probablemente no.
6. Actualizá el software
Las actualizaciones no solo son para corregir errores o mejorar funciones, también son cruciales para la seguridad. Los asistentes virtuales reciben actualizaciones que mejoran la protección de tus datos y arreglan vulnerabilidades. Así que asegurate de que tu dispositivo esté siempre actualizado para evitar posibles brechas de seguridad.
7. Usa una red Wi-Fi segura
No solo se trata de lo que hace tu asistente virtual, también es importante que toda tu red esté protegida. Usar contraseñas seguras para tu Wi-Fi y activar la encriptación WPA3 puede ser la diferencia entre una red vulnerable y una red segura. Los hackers pueden intentar entrar a tus dispositivos a través de la red, así que mantené tu Wi-Fi tan protegido como tu propio asistente.
En resumen, ¡la privacidad la controlás vos!
Tener un asistente virtual en casa es genial, pero no tiene por qué costarte tu privacidad. Con unos cuantos ajustes y configuraciones, podés seguir aprovechando todas las ventajas de Alexa y Google Assistant sin que escuchen más de la cuenta. ¿Querés saber más sobre cómo proteger tu privacidad digital? ¡Conversemos!